Nuestro apreciado Pepe ha dejado este escrito y quería hacérselo llegar a toda La Comunidad Educativa de El Cole de El Valle.
Hoy es un día especial para mí, pues como todos saben, se pone fin a mi etapa como maestro, la mayor parte de la cual la he desarrollado en este Cole.
De los treinta y ocho años que he ejercido la docencia, treinta los he impartido aquí, en El Valle de Agaete, lo cual viene a representar justo la mitad de mi vida.
Me siento muy agradecido con la vida por haber tenido la oportunidad de desempeñar mi labor como docente en este entorno tan maravilloso.
A lo largo de este periodo he tenido la suerte de conocer a mucha gente: familias, compañeros y compañeras de trabajo y varias generaciones de alumnos y alumnas, muchos de los cuales, en la actualidad, han formado ya sus propias familias.
De la relación con todo este grupo humano, del cual ustedes forman parte, me he enriquecido como maestro y como persona.
Mi gratitud a ustedes, las familias, de las que siempre he recibido un trato cordial, amable, de comprensión y de respeto hacia mi persona, incluso en esos momentos en los que nuestras opiniones eran diferentes. Disentir desde la crítica constructiva es una de las bases para crecer.
De igual manera, mi gratitud, a tantos y tantas compañeros y compañeras con los que he compartido este largo periplo. Es en este punto, donde quiero mencionar de manera especial, a Margot, compañera de trabajo inseparable en todo este tiempo y a la que siempre le he expresado mi admiración y respeto por su dedicación, entrega y buen hacer, desempeñando la difícil y no siempre tan reconocida tarea de la dirección.
Y, finalmente, mi gratitud a las distintas generaciones de niños y niñas, el eje principal de mi profesión. Con ellos aprendí, en ese día a día, tan impredecible como fascinante, de sus enseñanzas, realidades, intereses, reflexiones…
Por tanto, siendo consciente de lo que ha supuesto para mí sentir todo ese apoyo, es por lo que, aprovecho la ocasión para pedir que se arrope del mismo modo a mis compañeras y compañero de trabajo y a Sonia en su cargo de directora que continuarán trabajando con sus hijas e hijos por nuestro Centro.
Para terminar, una última reflexión,
cuando llegué a este Cole vine cargado de ilusión, de ganas de dar lo mejor de mí en esta labor a la vez tan compleja como gratificante y hermosa. Ahora, me voy con el corazón lleno de cariño y mi mente repleta de recuerdos que ya forman parte de mí.
Por todo ello, a todos y a todas
Gracias mil.
Un abrazo enorme
Pepe Sosa Cruz
28/03/2022